martes, 8 de noviembre de 2016

Planificación de la Evaluación de los Aprendizajes


La evaluación del aprendizaje es parte integral del proceso de diseño y desarrollo curricular, por lo que tiene como referencias teóricas y técnicas aquellas que se postulan en los Fundamentos del Currículo Nacional con las que es congruente. Por tal razón, al hacer referencia a la Evaluación de los Aprendizajes se entenderá como “el proceso por medio del cual se recolecta evidencia que permita establecer los logros de las niñas y los niños en cuanto a sus aprendizajes para poder emitir juicios de valor y tomar decisiones”.
Los resultados obtenidos a través de la evaluación del aprendizaje orientan la toma de decisiones sobre: modificar determinados procesos, cambiar algunas estrategias, ampliar el tiempo dedicado a ciertos aspectos temáticos, plantear diferentes actividades, promover cambios que hagan más participativa la clase y otras, con el fin de introducir mejoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En Educación Inicial, los resultados de la evaluación de los aprendizajes se darán a conocer utilizando criterios cualitativos. Los criterios establecidos serán  concordantes con los niveles de desarrollo y características del aprendizaje de las niñas y los niños en estos niveles.
La evaluación en el aula de clase tomará como referente principal los Aprendizajes Esperados propuestos en el programa de estudio, los cuales especifican las evidencias de aprendizaje que desarrollarán las niñas y los niños, en el entendido de que al lograr estos aprendizajes se están alcanzando las competencias establecidas para cada Ámbito de Aprendizaje. Consecuente con la tarea de elevar la calidad de los procesos educativos que se desarrollan en el aula, la aplicación de los Programas de Estudio sugiere una evaluación de los aprendizajes sistemática y continua tomando en cuenta los diferentes momentos en que se realizará, por lo que al momento de planificar la evaluación en el aula, es conveniente tomar en cuenta las siguientes fases:

Fase I: La planificación de la evaluación; ésta implica dar respuesta a las siguientes preguntas:
¿Qué evaluar? Se trata de seleccionar qué ámbitos de aprendizaje, qué actitudes y valores se evaluara durante una sesión de aprendizaje, en función de las intenciones de enseñanza.
¿Para qué evaluar? la información que se obtenga se utilizara para detectar el estado inicial de los estudiantes, para regular el proceso, para determinar el nivel de desarrollo alcanzado en algún ámbito de aprendizaje, otros.
¿Cómo evaluar? Se seleccionan las técnicas y procedimientos más adecuados para evaluar las capacidades, conocimientos y actitudes, considerando además los propósitos que se persigue al evaluar.
¿Con qué instrumentos? Se debe seleccionar y/o diseñar  los instrumentos más adecuados para registrar los resultados de la evaluación. Es necesario considerar los ámbitos de aprendizaje y los Aprendizajes Esperados, los cuales constituyen los referentes importantes para optar por uno u otro instrumento.
¿Cuándo evaluar? Es necesario definir el momento en que se realizará la aplicación de los instrumentos. Esto no quita que se pueda recoger información en cualquier momento, a partir de actividades no programadas.

Fase 2. La recolección y selección de información. La obtención de información sobre los aprendizajes de las niñas y los niños, se realiza mediante técnicas formales, semiformales o no formales. Para que la información sea más confiable y significativa se debe proceder realizando aplicaciones sistemáticas de técnicas e instrumentos y no del simple azar.
La información es significativa si se refiere a aspectos relevantes de los aprendizajes.

Fase 3. Interpretación y valoración de la información. Se realiza en términos del grado de desarrollo de los aprendizajes establecidos. Se trata de encontrar sentido a los resultados de la evaluación, determinar si son coherentes o no con los propósitos planteados (y sobre todo con los rendimientos anteriores de las niñas y los niños) y emitir un juicio de valor. En la interpretación de los resultados también se considera las reales posibilidades de las niñas y niños, sus ritmos de aprendizaje, la regularidad demostrada, y otros, porque ello determina el mayor o menor desarrollo de las competencias y actitudes. Esta es la base para una valoración justa de los resultados. Se valoran los resultados cuando se le otorga algún código representativo que comunica lo que la niña o el niño fue capaz de realizar.
Hay diferentes escalas de valoración: numéricas, literales o gráficas. Pero, también se puede emplear un estilo descriptivo del estado en que se encuentra el aprendizaje de ellas y ellos, sobre todo en Educación Inicial.

Fase 4. Comunicación de los resultados. Esto significa que se analiza y se dialoga acerca del proceso educativo con la participación de las niñas y niños, educadoras y, de las madres y padres de familia, de tal manera que los resultados de la evaluación son conocidos por todos los interesados. Así, todos se involucran en el proceso y los resultados son más significativos. Los instrumentos empleados para la comunicación de los resultados son los registros auxiliares del docente y para el caso de Educación Inicial el formato de “Mis aprendizajes Alcanzados”, o el Boletín Informativo.


Fase 5. Toma de decisiones. Los resultados de la evaluación deben llevarnos a la aplicación de medidas pertinentes y oportunas para mejorar el proceso de aprendizaje. Esto implica volver sobre lo actuado para atender aquellos aspectos que requieran readecuaciones, profundización, refuerzo o recuperación. Es importante destacar que, en algunos casos, las deficiencias que se producen pueden provenir tanto de las estrategias empleadas por la maestra o educadora, como de la propia evaluación.